COMUNICAV, la revista del ICAV, publica un reportaje sobre la complicada convivencia entre el secreto de sumario y los medios de comunicación. Una información que intenta arrojar luz sobre un tema de actualidad a través de la opinión y la experiencia de un juez, un fiscal, un abogado y un periodista. Jesús Bonet es la voz elegida por COMUNICAV para explicar el punto de vista de la abogacía en un reportaje en el que también intervienen la fiscal jefe provincial de Valencia, Teresa Gisbert, el juez, Víctor Gómez y el periodista Julián Quirós.
¿Cree que los medios de comunicación respetan el secreto de sumario?
Evidentemente, se traspasa la frontera de la legalidad: en mi opinión, hasta la apertura del juicio oral, el respeto a la formulación del art. 301 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal debería de impedir de manera absoluta la publicidad de los datos contenidos en un sumario. Pero ya me dirá Vd. cómo se puede controlar la publicación de un dato que quien lo materializa puede escudarse en el manido conocimiento de “fuentes bien informadas”, que es obvio nunca vinculará a la instrucción procesal de una causa… Antes de que se produzca la apertura del juicio oral, resulta siempre de gravísima proyección sobre el individuo la difusión de informaciones que, no nos engañemos, van siempre mediatizadas, interpretadas, analizadas desde el punto de vista de quien transfiere la información o la publicita, haciendo irrecuperable el derecho al honor de la persona cuya posterior absolución ya no es noticia, ya deja de tener importancia, y ya no aparece siquiera publicada en los medios… Hay quien dice que los juicios paralelos son inevitables ya que vivimos en la Sociedad de la Información En una sociedad como la actual, evitar de manera real las filtraciones me parece una aspiración absolutamente utópica. Y como al final, según ya le apuntaba, no solamente se publica una información si no que la información se transmite “adaptada”, evitar que se produzcan los juicios paralelos es prácticamente un sueño, hoy inalcanzable.
¿Ha denunciado en alguna ocasión las filtraciones en fase sumarial o de instrucción?
Si es así, ¿cuál ha sido el resultado? Erróneamente, no lo he hecho. El escepticismo, la creencia de perder el tiempo … han hecho que no lo denunciara. Pero es un error. Todos los que tuviéramos esas situaciones deberíamos hacerlo. Se lograse lo que se lograse.
¿Es posible la convivencia entre la Libertad de Información y el secreto de sumario?
Perfectamente, la cuestión es de tiempos y de modos. Es decir: mientras a alguien sólo se le está “investigando”, el derecho de la persona a que no se difundan datos que incluso pueden llevar a un sobreseimiento, es el prioritario. Cuando el órgano judicial decreta la apertura del juicio oral porque concluye la instrucción, considero que el derecho a conocer es entonces público. Algunos medios de comunicación aseguran que es la Administración de Justicia la que tiene el poder para evitar estas situaciones. No lo comparto: ¿quién considera en cada momento qué dato o elemento es de “interés público” o no? Evidentemente, y como no tengo ninguna fe en la evitación de las “filtraciones”, la cuestión exige un grado de concienciación muy elevado sobre el daño que, la publicación de datos antes de tiempo, puede provocar en las personas; deberíamos hacer gala todos, los operadores de los ámbitos jurídicos y medios de comunicación de un grado de sensibilidad y de una ponderación y mesuras que yo, sinceramente, echo en falta en la actualidad.
¿El abogado puede contribuir de alguna manera a evitar estas situaciones?
Creo que nuestras opciones en ese campo son escasas, y que más que por el HACER pasan por el EVITAR, por no ayudar al crecimiento de esos circos mediáticos que en ocasiones se producen en torno a actuaciones judiciales, no ayudar a la crispación, y no olvidar que una buena herramienta de nuestro cliente es nuestra prudencia.
Extracto del reportaje publicado en COMUNICAV.